Estados Unidos reafirmó este lunes su apoyo a Israel en la devastadora ofensiva militar en Gaza, y pidió que se incremente la ayuda humanitaria para ese territorio palestino.
“Continuaremos proporcionando a Israel el equipo que necesita para defender a su país, (…), incluidas municiones críticas, vehículos tácticos y sistemas de defensa aérea”, aseguró el ministro de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, en un comunicado tras reunirse en Tel Aviv con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Austin también se refirió al Estado hebreo como el “mejor amigo” de Washington y dijo que su país “no marcará el tempo ni los plazos de la guerra”.
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La entrada de ayuda internacional a la Franja está sometida a la autorización israelí y llega a cuentagotas, y Austin destacó la necesidad de “aportar más ayuda humanitaria a los cerca de dos millones de desplazados en Gaza” y de “repartir[la] mejor”.
El ministro de Defensa efectúa esta semana una gira diplomática por Oriente Medio, donde crece la preocupación de una extensión regional del conflicto debido a los bombardeos de la organización libanesa Hezbolá contra el norte de Israel, y los ataques con drones de los rebeldes hutíes (de Yemen) en el mar Rojo, lo que afecta al comercio internacional.
“Pedimos a Hezbolá que vigile y no haga cosas que puedan provocar un conflicto más amplio”, señaló Austin.
Pese a la multiplicación de los llamados a un alto el fuego, incluso por parte de aliados tradicionales de Israel como Alemania o Reino Unido, Washington mantiene su respaldo al gobierno israelí.
Diez días después del veto de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debía votar el lunes una nueva resolución que pide un “cese urgente y duradero de las hostilidades” en Gaza. Pero esa votación se aplazó finalmente al martes.
El Ministerio de Salud de Hamás, que gobierna el territorio palestino, afirma que más de 19,453 personas, en su mayoría mujeres y menores, han muerto por la ofensiva de Israel.
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La guerra estalló tras el sangriento ataque de Hamás el 7 de octubre, cuando sus combatientes mataron a unas 1,140 personas en Israel, en su mayoría civiles, según las últimas cifras de las autoridades, y secuestraron a otras 250. Actualmente, 129 rehenes siguen retenidos en Gaza.
El brazo armado del movimiento islamista palestino, las brigadas Ezzedine al Qasam, difundió este lunes un video en el que aparecen tres ancianos, presentados como israelíes retenidos en Gaza, pidiendo a las autoridades de Israel que hagan todo lo posible para lograr su liberación.
“INANICIÓN DE CIVILES”
El conflicto no solo generó indignación por el elevado número de civiles muertos, sino también por los métodos utilizados por Israel en Gaza.
La oenegé Human Rights Watch (HRW) acusó al gobierno israelí de utilizar “la inanición de civiles como método de guerra en la Franja de Gaza ocupada, lo que constituye un crimen de guerra”. Israel reaccionó calificando al grupo de “organización antisemita y antiisraelí”.
“Las fuerzas israelíes bloquean deliberadamente el suministro de agua, alimentos y combustible, al tiempo que impiden intencionadamente la ayuda humanitaria, arrasando aparentemente zonas agrícolas y privando a la población civil de objetos indispensables para su supervivencia”, añadió HRW.
Esta misma fuente informó el lunes que 110 personas murieron en las últimas 24 horas por los bombardeos israelíes en Jabaliya, en el norte de Gaza. En el sur, las nubes de humo se elevaban por la mañana sobre Jan Yunis tras ataques israelíes, según imágenes de la AFP.
Cerca de 1.9 millones de gazatíes, el 85% de la población, se han visto desplazados y sufren escasez de alimentos, agua, combustible y medicinas por el asedio “total” de Israel, impuesto desde el 9 de octubre.
“Hace mucho frío ahora en invierno. Lo peor es cuando tenemos que hacer nuestras necesidades. No hay ningún baño, no hay agua ni recogida de la basura. El olor de alcantarilla resulta omnipresente”, explicó a la AFP un refugiado palestino sobre las precarias condiciones en un campamento en Rafah, en el sur del enclave.
El gobierno israelí anunció el lunes que 122 camiones entraron en el territorio la víspera desde Egipto por el paso fronterizo de Rafah, y otros 79 por el paso de Kerem Shalom, que Israel aceptó abrir en virtud de un acuerdo con Estados Unidos.
Varios hospitales se vieron afectados por los combates, a pesar de la presencia de pacientes y desplazados. Israel acusa a Hamás de utilizarlos como bases, lo que el movimiento islamista niega.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció el domingo la “destrucción real” del hospital Kamal Adwan, en el norte de la Franja.
El hospital Al Shifa de la ciudad de Gaza y el Nasser de Jan Yunis fueron blanco de ataques el domingo y el lunes, según Hamás.
PRESIÓN PARA LIBERAR A LOS REHENES
Pese a la presión internacional, Netanyahu declaró que es necesario “mantener la presión militar” para acabar con Hamás.
Según el ejército, 126 soldados han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzaron las operaciones terrestres el 27 de octubre.
El viernes se supo que sus fuerzas mataron “por error” a tres rehenes de Hamás que intentaban escapar, tras confundirlos con combatientes palestinos.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, criticó el lunes la “terrible falta de distinción en la operación militar de Israel en Gaza”. “Esto tiene que parar. Una pausa humanitaria es necesaria con urgencia”, agregó.
Catar, principal mediador entre Israel y Hamás junto a Egipto y Estados Unidos, aseguró que continúan los “esfuerzos diplomáticos para restablecer una pausa humanitaria”.
Un miembro de Hamás indicó el lunes que las condiciones “son claras: un alto el fuego total, la retirada de los tanques de las ciudades, la apertura de la carretera entre el norte y el sur, el fin del asedio, la entrada normal de ayuda en toda Gaza sin restricciones”.
La tregua acordada el mes pasado permitió la liberación de 105 rehenes en manos de Hamás y de grupos aliados, 80 de ellos israelíes, a cambio de 240 palestinos encarcelados en Israel.