Disruptiva, como su campaña política, la vista de Javier Milei en El Vaticano.
Hace años, Milei llamó al sumo pontífice “imbécil”, “representante del maligno” y cuando era candidato lo acusó de “injerencia política”. Ahora que es presidente de Argentina su postura ha cambiado y busca una buena relación con “el argentino más importante de la historia”, como se refirió al Papa horas antes de la misa.
Con este encuentro Milei espera acercarse al Vaticano, algo necesario para guardar a su importante núcleo de votantes conservadores con el que cuenta. El analista político argentino Germán Galarza dijo a RFI que “la Carta de Javier Milei enviada al Papa fue decisiva para llegar al electorado conversador” que estaba alarmado por aquellos propósitos.