Hoy en día las estadísticas demuestran que, al menos en el caso de Guatemala, los planes para contener la migración irregular han fallado. Y si el Gobierno fuera como una escuela en la que a los funcionarios encargados del tema se les midiera por los números, todos reprobarían
Las cifras publicadas en el sitio web de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. revelan que en el año fiscal 2018 —comenzó el 1 de octubre del año pasado y finalizó el 30 de septiembre último— Guatemala rompió todos los récords en cuanto a menores de edad no acompañados y unidades familiares detenidos en la frontera sur de aquel país.
Cifras reveladoras
La cantidad de menores que fueron capturados en el 2014 —17 mil 57— se quedó corta respecto de los 22 mil 327 detenidos en el 2018. Incluso la cifra es superior a los 18 mil 913 niños y niñas que llegaron a la frontera en el 2016, año que registraba las estadísticas más elevadas.
Además, en el 2018 las autoridades reportan la detención de 50 mil 401 unidades familiares guatemaltecas, 51 por ciento más que las 24 mil 657 que llegaron el año pasado.
Fallido
Expertos coinciden en que las cifras arrojan que el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte (PAPTN), que se propuso en el 2014 para reducir la migración ilegal, ha fallado, de lo cual responsabilizan no solo al Gobierno de Guatemala, sino también al Congreso de EE. UU. y a la administración de Donald Trump, por haber recortado recursos de ese plan enfocados al desarrollo social y dirigirlos a seguridad.
El excanciller Fernando Carrera expuso que el objetivo del PAPTN era lograr desarrollo económico y social, fortalecer el estado de Derecho y la lucha contra la corrupción, pero cuatro años más tarde “nada de eso ha sucedido”, lo que explica por qué hoy la migración irregular ha empeorado.
“El crecimiento económico es muy pequeño y el Gobierno ha debilitado el estado de Derecho, y en lugar de combatir la corrupción, combate a los que combaten la corrupción”, afirmó Carrera.
Quedó ahogado
Para el analista en migración Pedro Pablo Solares, el PAPTN fracasó desde su creación y “quedó ahogado en medio de una burocracia ineficiente”, por lo que el aumento de las cifras “evidencia que el Plan nunca tuvo como propósito principal el desarrollo de los pueblos” y que la gente “escapa del país”.
Para empeorar las cosas, según Solares, durante la administración Trump el enfoque de atender las causas sociales de las migraciones terminó de relegarse y comenzó una etapa orientada exclusivamente a la seguridad regional y fronteriza.
Añadió que las altas cifras evidencian que los gobiernos no han sido honestos con la población, ya que han abordado la migración solamente desde un ángulo político.
El analista Jahir Dabroy atribuyó el aumento de la migración irregular hacia EE. UU. a que no existe una política que aborde la problemática porque los funcionarios públicos “no terminan de entender que política pública no es un conjunto de buenas intenciones”, sino acciones que resuelven un problema concreto en un tiempo determinado y con recursos específicos.